RECLAMATION YARDS
Redactado por estudio LLATAS:
La industria de la construcción genera el 70% del total de los residuos anuales que producimos, y es en mayor parte debido a una mala gestión del proyecto, no sólo de los gastos que conlleva demoler y reciclar un edificio sino de la concepción en sí de los recursos.
Se trata en parte de, pasar de entender edificios en una sola dirección (diseño, construcción, demolición) para entenderlos como “bancos de materiales”. Mirar los edificios con lentes de “rayos X” y analizar el potencial de rehúso de sus partes, el coste de desmantelarlas y valor en el mercado.
Antiguamente, los reclamation yards tenían este peculiar funcionamiento. Al demolerse un edificio, se revisaban aquellas partes que aún tenían valor y se retiraban con cuidado. Durante un tiempo, estas se ofrecían a la venta con el fin de obtener un porcentaje de rentabilidad, por otro lado, aquellos materiales que ya no podían ser reutilizados iban al vertedero. Con el paso de los años, los reclamation yards fueron desapareciendo, convirtiéndose en almacenes de reliquias y piezas vintage ofertadas a precios exorbitantes.
Debido al aumento de conciencia ambiental, la idea de rehusar ha empezado a recuperarse en nuestros días, interpretándose como lo más coherente y en línea con la economía circular, sostenibilidad y el cambio climático.
A esto se le suman los paneles acústicos, aislantes, falsos techos, pisos flotantes, carpintería de aluminio/madera/metal, puertas, luminarias, inodoros, etc. En pocas palabras, los reclamation yards se verían reflejados en los edificios a punto de ser demolidos.
Adicionado a los residuos generados en las demoliciones, encontramos también aquellos que se generan al construir nuevos edificios, ya sea con bolsas de cemento que no se terminan usando y se secan, como también pies derechos o listones de madera que cumplen su función como soportes a la hora del vaciado de los techos.
Finalmente, en la parte académica, miles de maquetas, planos y paneles después de cumplir su función como piezas de trabajo en las diferentes escuelas de Arquitectura, pasan a no tener ningún valor y nuevamente son desechados.
En esta coyuntura actual de Pandemia, miles de estos materiales se han dejado de utilizar, encontrando nuevas formas y estrategias de trabajo con presentaciones virtuales, siendo el 3d el reemplazo directo de la maqueta; y aunque se dio un ahorro económico muy grande en la compra de estos materiales, se encontraron nuevas técnicas de presentación y miles de m3 de materiales no han sido desechados en el mundo, las maquetas seguirán teniendo un lugar y espacio en nuestra forma de trabajo, debido a la gran proximidad de aprender haciendo y moldeando. Por lo que esta es nuestra oportunidad para tomar acción y poder dar una segunda vida a todos estos materiales empezando desde hoy.
Estos objetos están presentes en nuestro día a día, y como arquitectos es nuestro trabajo seguir buscando un camino para terminar de cerrar la brecha y convertir finalmente estos Reclamation yards en economía circular.
Como diría Mark Twain, “El secreto de salir adelante es empezar “
Publicado el: 22/07/2020