El arquitecto usa su conocimiento para proyectar, diseñar y dirigir la construcción y el mantenimiento de edificios, estructuras y todo tipo de espacios públicos y privados, y, en ese sentido, el desarrollo de las ciudades. Ya sea en construcciones nuevas, remodelaciones o intervenciones urbanas, la labor de un arquitecto integra consideraciones técnicas, artísticas, sociales y medioambientales.

La arquitectura es el arte y la técnica de proyectar, diseñar y construir a distinta escala; es la capacidad de modificar el hábitat humano a través de la estética y la funcionalidad espaciales. Es una de las manifestaciones culturales más antiguas, que puede llegar a constituir la identidad nacional de un pueblo.

Son muchos los ámbitos en los que la presencia de un arquitecto puede y debe ser determinante. Empresas constructoras e inmobiliarias; entidades del Estado, como ministerios y municipalidades, así como instituciones que tengan a su cargo cualquier aspecto del desarrollo urbano; organismos de conservación patrimonial; universidades, etc. Y, por supuesto, estudios de arquitectura.

La sustentabilidad no debe verse como una tendencia o una rama de la arquitectura, sino como un eje fundamental y urgente. La sustentabilidad es el desarrollo que satisface las necesidades del presente, sin afectar el futuro. Se entiende como arquitectura sustentable la que incluye procesos para preservar y proteger los recursos naturales. El desarrollo sostenible es parte de ese proceso, y toma en cuenta las condiciones de la comunidad y del entorno para que esos procesos puedan sostenerse y mantenerse en el tiempo.

Su definición más concreta es el estudio de la planificación y el ordenamiento de las ciudades y del territorio. Es un conjunto de disciplinas –la arquitectura como la principal– encargadas de elaborar planes y políticas en el ámbito de la construcción (vivienda y transporte) para asegurar que las comunidades funcionen a todo nivel: social, cultural, legal, medioambiental, etc. El urbanismo se proyecta hacia el futuro. Es uno de los mejores ejemplos de cómo un arquitecto tiene el poder de transformar una ciudad.

El arquitecto de interiores diseña los espacios de un inmueble y planea sus ambientes. Tiene en cuenta la estructura y los códigos de construcción para garantizar aspectos como seguridad, ventilación, una correcta iluminación y más. Concreta el proyecto a través de la selección de acabados y decisiones que le dan identidad y atmósfera. El arquitecto de interiores busca el balance entre funcionalidad y estética, un equilibrio que logra una mejor experiencia del espacio.

El arquitecto es el profesional indicado para interpretar las necesidades del cliente y llevarlas al diseño. La presencia de un arquitecto impacta en la calidad del proyecto, además de hacer más eficiente todo el proceso, desde el anteproyecto hasta los trámites y el acompañamiento de la construcción.

Cada arquitecto o estudio de arquitectura tiene ciertas especialidades que van de acuerdo con su experiencia. Se deben tener en cuenta las necesidades del proyecto y buscar fuentes confiables para hacer una primera investigación de los profesionales disponibles. Concerta citas con los arquitectos que te interesan, revisa sus presupuestos y asegúrate de que puedan guiarte en los reglamentos y trámites de tu proyecto. Conoce más de los estudios de arquitectura asociados a la AEA y de sus proyectos aquí.

Hay muchas maneras de abordar un proyecto arquitectónico, pero el proceso sugerido consta de los siguientes pasos:

• Conceptualización
• Anteproyecto
• Proyecto municipal
• Proyecto ejecutivo
• Supervisión de proyecto en obra

Conoce más sobre los pasos de un proyecto arquitectónico aquí

Los honorarios de arquitectura son calculados de acuerdo con el tamaño, el tipo y la complejidad de cada proyecto. El presupuesto es una de las grandes expectativas y parámetros del cliente, es parte del brief del proyecto. El arquitecto es quien mejor puede manejar esas expectativas, trabajando de la mano del cliente para orientarlo con respecto a los estándares a los que se puede llegar según su presupuesto, y conseguir la mejor calidad de esa relación.

No hay una sola forma de hacer arquitectura y cada arquitecto tiene un estilo distinto, además de diversas escalas, desde el urbanismo hasta el diseño de mobiliario. Sin embargo, podemos mencionar algunas constantes: ser curioso por naturaleza, detallista y disciplinado. Sea cual sea su ámbito de ejercicio, la buena arquitectura se basa en los procesos: hacer las cosas en orden y con rigurosidad.